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viernes, 12 de agosto de 2011

Entre la delincuencia y las urnas


La elección en Michoacán ha transitado por una serie de situaciones nunca antes vistas. A finales de mayo pasado se conoció un acuerdo de los tres partidos principales sobre la posibilidad de ir a la elección por la Gubernatura con un candidato tripartidista de unidad. La idea no cuajó. Dada la situación que impera entre delincuencia y política en el estado de Michoacán surgen varias interrogantes: ¿existen condiciones para llevar a cabo las  campañas, sin arriesgar la integridad de candidatos y ciudadanos? ¿Qué garantías existen para el ejercicio del sufragio en regiones y localidades, en poder del crimen organizado? ¿Qué significa exactamente el "desmantelamiento" de "La Familia"?
La situación de inseguridad y violencia no es nueva. Michoacán fue uno de los estados donde primero se desplegaron las fuerzas militares para enfrentar la crisis de seguridad: México Seguro en julio del 2005 y el Operativo Conjunto en diciembre de 2006. Los datos no mienten, Michoacán se encuentra por encima del promedio nacional en el Índice Nacional de Inseguridad del ICESI. Las bandas criminales han sido capaces de atentar contra la población civil en pleno 15 de septiembre del 2008, desatar el infierno por más de dos días y sus noches en 12 municipios, incluida la capital Morelia a fines del año pasado, realizar diversas marchas de apoyo "civil" y poner de cabeza a todos los órganos mexicanos de seguridad. Y lo último los secuestros de encuestadores: en territorio narco sólo ellos deciden.
Así, entre enormes incertidumbres y señales de alarma, mucho se juega el próximo 13 de noviembre: la Gubernatura, el Congreso y las 113 alcaldías para el periodo 2012-2015. Y para las bandas criminales resulta un espacio geo-estratégico para el trasiego de drogas y el comercio de todo tipo, cuyos ejes cardinales son el puerto Lázaro Cárdenas y la región de Tierra Caliente. Aquí "La Familia", un grupo criminal que, a decir de un estudioso, logró establecer una "doble soberanía, que paralelamente al gobierno electo, se encuentra una narcoadministración que genera empleos (en el cultivo y el procesamiento de drogas), mantiene el orden (represión de cárteles rivales), realiza funciones cívicas (repara iglesias), cobra impuestos (extorsiona a empresarios) y vigila a los recién llegados".
En Michoacán nada se hace sin la venía del gobierno paralelo: "Trabajamos con todos los partidos —dice un productor de mariguana certificado por esa organización—. Apoyamos las campañas políticas. ¡Qué caras son! Tengo un hermano que quiso ser Presidente Municipal. Me pidió ayuda y se la di, pero antes le advertí: 'Te voy a dar dinero sólo para que te des cuenta de que la gente no te quiere y ya te quites esa tentación'". El 'michoacanazo' no tuvo ningún éxito judicial y, en consecuencia, la administración de Felipe Calderón no puede presumir evidencias irrefutables de la penetración del narco en las esferas Gubernamentales de la entidad.
El candidato de "unidad" del PRI, Fausto Vallejo, ha sido tres veces alcalde de Morelia, ciudad capital que ya experimentó todas las variables de la alternancia. Aunque escasean las encuestas calificadas, las que existen dejan ver que se viene una disputa reñida y que los partidos tienen perspectivas relativamente similares de triunfo: En mayo, sin candidatos todavía definidos, un sondeo atribuido al Instituto de Mercadotecnia y Opinión (IMO), encontró que el 29.2 por ciento votaría a favor del Revolucionario Institucional, el 22.6 por ciento por el PRD y el 20.5 por ciento por el PAN. Casi un empate de tercios. Y otro estudio presentado en junio, elaborado por Berumen y auspiciado por el CEN del PRD, mostraba que el 36 por ciento se decantaba por el PRD, 34 por ciento por el PRI, 22 por ciento por el PAN, 3 por ciento por el PT, 3 por ciento por el PVEM y 2 por ciento por Nueva Alianza.
Las campañas empiezan hasta el 31 de agosto. Los dados están echados. Es visible el poder declinante del PRD; por el desgaste que representa para Godoy hacer frente al poder criminal, a las presiones del Gobierno Federal, a la degradación del tejido social en las comunidades. Y para acabarla la elección interna del PRD, que ganó el senador Silvano Aureoles, fue impugnada por el diputado local Enrique Bautista, que alcanzó el segundo mayor número de votos. Y también juega en este escenario la hermana incomoda María Luisa Calderón, el PAN la eligió como candidata, junto con Nueva Alianza, es la hermana mayor de Calderón. En un escenario de por sí descompuesto... ¿cómo realizar campañas, instalar urnas y contar los votos en esas regiones sustraídas del poder institucional?

Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com

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