En el mundo globalizado, las crisis económicas nos han enseñado que lo que sucede en un determinado país impacta de diferente manera al resto del orbe. La política no está exenta de esta lógica. Los medios de comunicación informan masivamente de manera inmediata, construyen corriente de opinión, que influye en cierta medida en la conducta de los ciudadanos. En lo económico generan dinámicas e inercias de incertidumbre, y en lo político, conductas de posicionamiento. Dicen los especialistas en marketing político que "en política, la percepción es la realidad".
De acuerdo a las encuestas, los zacatecanos posicionan a la familia de la ex Gobernadora, incluyendo a su hermana y a su hija, culpables del saqueo al erario de aquel estado. El pueblo zacatecano, harto de la situación, salió masivamente a votar para asegurar que no quedara el candidato de Amalia. Según los resultados, el nivel de participación alcanzó el 70 por ciento del total de votantes. Miguel Alonso Reyes, del PRI, le ganó por una diferencia de 20 puntos a su rival del PRD, Antonio Mejía.
Lo paradójico de la elección del pasado 4 de julio en Zacatecas, es que mientras Amalia estaba en la oposición de izquierda, luchó contra administraciones priístas para que no hubiera "elecciones de Estado". A la hora de enfrentar lo inevitable, el fin de su sexenio repitió los viejos usos del poder para asegurar la continuidad de su partido. La familia García se la jugó con todo. La hermana de Amalia, Concepción García Medina, ex subprocuradora, persiguió a los delegados del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, acusándolos de delitos que no pudo sostener. Los detuvo bajo argucias legaloides para intimidarlos, pues se sabían perdidas.
Promovieron campañas mediáticas que trataban de exhibir presuntos apoyos de gobiernos priístas al candidato Miguel Alonso para victimizarse y conseguir votos de los zacatecanos. La estrategia no les funcionó. Los electores ya estaban cansados. El ex director de investigaciones de la Procuraduría de Zacatecas, Jesús Alberto Gaytán Espinosa, brazo derecho de la ex subprocuradora, que persiguió y detuvo a militantes del PRI, ahora está acusado y consignado ante un juez por presunto peculado, por depósito de una fianza ante el Ministerio Público que se embolsó. Y esto apenas empieza.
En su toma de posesión el 12 de septiembre el nuevo gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes dejó en claro: "Zacatecas ocupa el lugar 26 a nivel nacional según el Índice de Desarrollo Humano; el lugar 28 a nivel nacional en cuanto a generación de riqueza, que produce menos del uno por ciento del Producto Interno Bruto nacional. En materia de competitividad nos encontramos en el sitio 23 a nivel nacional, la capital del estado ha descendido 11 lugares por su competitividad, y de 60 urbes, ocupa la posición 53. Vamos a asumir el poder estatal con una enorme deuda y con finanzas municipales seriamente dañadas".
Por otra parte, de lo que declara el contralor del estado, Guillermo Huizar Carranza, se desprende que en la administración de Amalia García además de excesos en el ejercicio público, hubo corrupción y anarquía en su administración. Amalia llegó al gobierno representando una gran esperanza y resultó un fraude para los zacatecanos. Las mujeres creyeron en ella, la apoyaron para llegar al poder público y ahora se lamentan de recibir a cambio el más grande de los atrasos. Una amiga priísta me comentó indignada: "Amalia 'quemó' a las mujeres, no sólo a las de su partido, a todas. Tanto que batallamos para lograr escalar y tener espacios en el ámbito político, para que llegue una mujer a Gobernadora y se sirva con la cuchara grande; qué decepción".
Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com
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