“Las ciudades se han convertido en el vertedero de problemas engendrados y gestados globalmente”
Zygmunt Bauman
En esta época globalizada los Estados-nación afrontan el inminente problema del divorcio entre el poder y la política. Cada día el Estado se achica más y las fuerzas globalizadoras asumen las funciones abandonadas por los aparatos estatales. El proceso de desmantelamiento de las funciones del Estado avanza en perjuicio de los ciudadanos de las diferentes naciones y en consecuencia en beneficio de los grandes grupos dueños de las empresas globalizadoras. Gran parte del poder del Estado moderno se ha desplazado al inmanejable espacio global. Los ciudadanos en todos los países caen en este juego, presionan para que el Estado delegue funciones. Los gobiernos locales cuentan con menos herramientas para hacer frente a las necesidades de sus gobernados. En cambio, la política; es decir, la capacidad para decidir la dirección y el propósito de la acción, es incapaz de actuar en lo global, su campo de acción se circunscribe a lo local. El poder está en lo global y la política a nivel del suelo.
La Secretaría de Gobernación en nuestro País es un buen ejemplo de cómo las instituciones políticas existentes han ido dejando funciones progresivamente, por lo tanto, también fuerza política. Perdió control sobre el brazo represor y el órgano encargado de la política de seguridad nacional. En el mundo actual, la tarea de los gobiernos se circunscribe a la formación de recursos humanos, a la creación de infraestructura y a ser el gendarme de la sociedad. En los estados de la República las instancias de los gobiernos estatales han sufrido muchas modificaciones en detrimento de su capacidad para atender los problemas conferidos en la ley. También se habla de licitar las cárceles a favor de la iniciativa privada.
Una de las primeras funciones transferidas del Estado a los empresarios es la atracción de inversiones y generación de empleos. Pero cuando han quebrado las grandes empresas el mercado no ha tenido capacidad de enderezarlas, y entonces los dueños del capital reclaman a gritos la salvación por parte del Estado. En la medida que el Estado ha ido abandonando funciones, éstas quedan a merced de las fuerzas del mercado, y pasan a manos de la iniciativa privada. En el nivel de gobierno municipal tenemos muchos ejemplos. En Torreón desde 1996 la recolección de basura lo realiza una empresa privada denominada PASA, misma que no ha mostrado mejorara con relación al servicio que ofrecía el ayuntamiento. A la fecha el pleito legal de PASA mantiene secuestrado esta atención. Con argucias legales han extendido en los hechos el contrato a su favor. El costo para los ciudadanos es muy elevado.
Al final de la gestión panista de José Ángel Pérez hubo un intento por privatizar el manejo de los parquímetros, la oposición de los dueños de los comercios en el centro de la Ciudad evitó tal acción en detrimento de las funciones del Ayuntamiento. Año con año el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) de Torreón está sometido a la presión de las cámaras empresariales para privatizarse. La experiencia de SIMAS demuestra que es autosuficiente, sólo trabajó con números rojos en la anterior administración. En Saltillo el servicio de agua potable se ofrece a los ciudadanos por una empresa mixta con capital privado, administrado por empleados de la iniciativa privada. En este municipio, en cambio, se presiona por las fuerzas del mercado para que la recolección de basura pase a manos privadas.
La iniciativa privada cada vez va por más funciones del Estado. Pero cuando las empresas que retoman dichas funciones, truenan, el mercado no acude en su salvamento. Sin el menor recato los empresarios se alinean a los derrotados y exigen la intervención del Estado para salvar la quiebra. Estos ejemplos evidencian la separación entre el poder y la política, esto provoca el traslado del poder a las fuerzas privadas y deja sin recursos a la acción política para actuar incluso cuando la iniciativa privada demanda la intervención del Estado. Éste ahora no cuenta con los instrumentos y los recursos para hacer frente a los problemas generados por las fuerzas financieras internacionales que arrasan hasta con las compañías más sólidas.
jshvelez@hotmail.com
Zygmunt Bauman
En esta época globalizada los Estados-nación afrontan el inminente problema del divorcio entre el poder y la política. Cada día el Estado se achica más y las fuerzas globalizadoras asumen las funciones abandonadas por los aparatos estatales. El proceso de desmantelamiento de las funciones del Estado avanza en perjuicio de los ciudadanos de las diferentes naciones y en consecuencia en beneficio de los grandes grupos dueños de las empresas globalizadoras. Gran parte del poder del Estado moderno se ha desplazado al inmanejable espacio global. Los ciudadanos en todos los países caen en este juego, presionan para que el Estado delegue funciones. Los gobiernos locales cuentan con menos herramientas para hacer frente a las necesidades de sus gobernados. En cambio, la política; es decir, la capacidad para decidir la dirección y el propósito de la acción, es incapaz de actuar en lo global, su campo de acción se circunscribe a lo local. El poder está en lo global y la política a nivel del suelo.
La Secretaría de Gobernación en nuestro País es un buen ejemplo de cómo las instituciones políticas existentes han ido dejando funciones progresivamente, por lo tanto, también fuerza política. Perdió control sobre el brazo represor y el órgano encargado de la política de seguridad nacional. En el mundo actual, la tarea de los gobiernos se circunscribe a la formación de recursos humanos, a la creación de infraestructura y a ser el gendarme de la sociedad. En los estados de la República las instancias de los gobiernos estatales han sufrido muchas modificaciones en detrimento de su capacidad para atender los problemas conferidos en la ley. También se habla de licitar las cárceles a favor de la iniciativa privada.
Una de las primeras funciones transferidas del Estado a los empresarios es la atracción de inversiones y generación de empleos. Pero cuando han quebrado las grandes empresas el mercado no ha tenido capacidad de enderezarlas, y entonces los dueños del capital reclaman a gritos la salvación por parte del Estado. En la medida que el Estado ha ido abandonando funciones, éstas quedan a merced de las fuerzas del mercado, y pasan a manos de la iniciativa privada. En el nivel de gobierno municipal tenemos muchos ejemplos. En Torreón desde 1996 la recolección de basura lo realiza una empresa privada denominada PASA, misma que no ha mostrado mejorara con relación al servicio que ofrecía el ayuntamiento. A la fecha el pleito legal de PASA mantiene secuestrado esta atención. Con argucias legales han extendido en los hechos el contrato a su favor. El costo para los ciudadanos es muy elevado.
Al final de la gestión panista de José Ángel Pérez hubo un intento por privatizar el manejo de los parquímetros, la oposición de los dueños de los comercios en el centro de la Ciudad evitó tal acción en detrimento de las funciones del Ayuntamiento. Año con año el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) de Torreón está sometido a la presión de las cámaras empresariales para privatizarse. La experiencia de SIMAS demuestra que es autosuficiente, sólo trabajó con números rojos en la anterior administración. En Saltillo el servicio de agua potable se ofrece a los ciudadanos por una empresa mixta con capital privado, administrado por empleados de la iniciativa privada. En este municipio, en cambio, se presiona por las fuerzas del mercado para que la recolección de basura pase a manos privadas.
La iniciativa privada cada vez va por más funciones del Estado. Pero cuando las empresas que retoman dichas funciones, truenan, el mercado no acude en su salvamento. Sin el menor recato los empresarios se alinean a los derrotados y exigen la intervención del Estado para salvar la quiebra. Estos ejemplos evidencian la separación entre el poder y la política, esto provoca el traslado del poder a las fuerzas privadas y deja sin recursos a la acción política para actuar incluso cuando la iniciativa privada demanda la intervención del Estado. Éste ahora no cuenta con los instrumentos y los recursos para hacer frente a los problemas generados por las fuerzas financieras internacionales que arrasan hasta con las compañías más sólidas.
jshvelez@hotmail.com
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