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martes, 11 de enero de 2011

Lo que viene en 2011

 

El 2011 se perfila para ser un año de grandes cambios políticos. Y en caliente en estos primeros días de enero hay un nuevo Presidente de la Suprema Corte, dos nuevos gobernadores tomaron posesión, hay un nuevo presidente electo del PRI, el profesor Humberto Moreira; en el estado de México el PRD ya anunció que no va a ver alianzas, su candidato por la gubernatura será Alejandro Encinas, de la línea de Andrés Manuel López Obrador; en Coahuila el candidato del PRI a la gubernatura es Rubén Moreira y el 7 de enero inició el proceso para elegir gobernador en Nayarit. El 30 de enero habrá elección de gobernador en Guerrero, el 6 de febrero en Baja California Sur y el 3 de julio en Nayarit, Coahuila y Estado de México.

 

De los gobiernos elegidos en el 2010 ya tomaron posesión los gobernadores de Chihuahua, Oaxaca, Tamaulipas, Aguscalientes, Veracruz, Zacatecas, Sinaloa y Durango; faltan por asumir su cargo de gobernador constitucional en Tlaxcala, Mariano Gónzalez Zarur, en Puebla, Rafael Moreno Valle y en Quintana Roo, Roberto Borge Angulo. El primero protestara el 15 de enero, el segundo el 1 de febrero y el último el 5 de abril de este año. El primero de abril tomará posesión el nuevo gobernador de Guerrero, lo hará antes que el de Quintana Roo (tomará posesión después de nueve meses de ser electo), como consecuencia de los cambios que la legislatura anterior realizó en la ley electoral federal. Y también el 1 de abril si no procede la impugnación de Xóchitl Gálvez protestará como gobernador de Hidalgo Francisco Olvera, que fue electo en julio de 2010.

 

La agenda electoral de 2011 por lo que se desprende está muy rara, pues varios de los que fueron electos en 2010, entran en funciones hasta 2011. El 5 de abril también toma posesión el nuevo gobernador de Baja California Sur que será electo el 6 de febrero. Y en octubre arranca el proceso por la presidencia de la República, precisamente nueve meses antes del primer domingo de julio de 2012. Las elecciones de Coahuila y del Estado de México en este año son particularmente significativas porque al primer estado pertenece el nuevo presidente electo del priismo nacional, que tomará protesta hasta el 4 de marzo, y debido a que la segunda entidad es la patria chica del mejor posicionado en las encuestas para la elección por la presidencia de la República en el 2012: Enrique Peña Nieto.

 

También en este mes el ejecutivo federal reacomodó sus fichas rumbo al 2012, siendo el más beneficiado el secretario Cordero, pero su posicionamiento frente a los electores está muy por debajo de Peña Nieto, Manlio Favio Beltrones, Beatriz Paredes, Andrés Manuel, Marcelo Ebrard, Santiago Creel o Josefina Vázquez Mota. Éstas jugadas de Calderón anuncian una estrategia que pronostica una apuesta cargada a confrontar aún más profundamente a la sociedad, en situaciones en las que la comunidad reclama un ejecutivo que asuma su papel de presidente de México y dejar a un lado el rol que se ha empecinado en realizar: el de presidente del albiazul, dejando a un lado su chamba de responsable de conducir los destinos de México.

 

Los cambios de estafeta en los diferentes gobiernos estatales también en cierta medida abonan a la inestabilidad e ingobernabilidad en esas entidades federativas. Particularmente en los estados de Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas donde hubo alternancia. En Oaxaca la confrontación entre el nuevo gobernador Gabino Cue y el gobernador saliente Ulises Ruiz tiene antecedentes que se remontan a la elección de hace seis años y que se avivaron a lo largo del sexenio. En Puebla la entrega recepción de Mario Marín al nuevo gobernador agudizó la confrontación. En Zacatecas el nuevo gobierno ha exhibido los malos manejos administrativos de la ex gobernadora Amalia García. Por lo que se observa en diversos grados y magnitudes, los recién llegados han encontrado grandes anomalías lo que deja grandes facturas pendientes en la puerta, que están por cobrarse los nuevos inquilinos de estos palacios gubernamentales. La sociedad reclama soluciones a sus diferentes problemáticas, por ello traducir la alternancia política en alternativas democráticas es el reto, demostrar que se puede gobernar de otra forma, que es posible erradicar los viejos usos y construir nuevas instituciones es el camino.

 
Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com



 


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