martes, 15 de marzo de 2011
El embajador incómodo
A pesar de que Calderón resolvió lo relacionado con la apertura de las carreteras para los camiones mexicanos con base en el Tratado de Libre Comercio, no fructificó su petición para cambiar al embajador norteamericano en México, Carlos Pascual. La relación bilateral está enturbiada por las filtraciones de WikiLeaks y por la muerte del agente norteamericano Jaime Zapata en San Luis Potosí. Las filtraciones muestran a un embajador desconfiado de las instituciones de nuestro país y de las acciones del gobierno federal de Calderón para sacar adelante el país. Esta posición del embajador coincide con las de Hillary Clinton, de Janet Napolitano secretaria de seguridad interior, del subsecretario del Ejército de Estados Unidos Joseph Westphal sobre las libertades con las que actúa el crimen organizado en nuestra República.
No hubo avances en lo que más preocupa a los mexicanos. No se concreto nada para combatir bilateralmente a las bandas del crimen organizado. El gobierno de Obama no asumió ningún compromiso para acabar con el flujo ilegal de armas de alto poder de su país al nuestro. Los datos duros de las armas incautadas a las bandas criminales según lo han hecho saber las autoridades policiacas y judiciales en lo que va del sexenio de Calderón el 90 por ciento proceden de los gringos. Como muchas voces lo han expresado, los gringos ponen las armas, consumen las drogas y se benefician de los dólares producto de la compra de las mismas. Nuestros vecinos del norte se muestran muy tolerantes frente al tráfico de armas, se hacen de la vista gorda y dejan pasar todo tipo de armamento.
El mal de nuestro país tiene su sustento en EEUU pues no reprimen el consumo de sus ciudadanos, se habla de más de cinco millones de consumidores de coca y derivados, tampoco conocemos de programas de gobierno que luche contra la distribución de la droga, ni sabemos de una política clara y transparente que combata el negocio financiero del lavado de dinero. El propio senador demócrata por Michigan, Carl Levin, declaró: "Las estimaciones indican que entre 500 mil millones y un billón de dólares de origen criminal se mueven y depositan anualmente en los bancos. Se estima que la mitad de ese dinero viene a dar a EE.UU.". En la Conferencia Internacional del Lavado de Dinero se documentó que la banca gringa legaliza más de 500 mil millones de dólares anuales ¿Acaso estos dólares están sirviendo para apuntalar a la economía más fuerte del planeta que lleva varios años en crisis?
A lo anterior hay que agregarle que el incómodo embajador Carlos Pascual, es un diplomático especializado en la detección de Estados "fallidos", en reconstrucciones nacionales y situaciones post-conflicto. Pero WikiLeaks lo desnudó, y lo confrontó con el equipo panista. Hace todavía unos días en un medio nacional se publicó uno de sus despachos dirigido al subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Arturo Valenzuela, donde el embajador afirma que los prospectos del albiazul para la silla grande son "grises", que el propio partido "parece en ocasiones preocupado e inseguro sobre la mejor manera de reforzar a sus candidatos" y peor aún que el presidente Calderón busca servirse de la Iniciativa Mérida para reforzar electoralmente a su partido: "Él [presidente] claramente cree que un éxito dramático en la lucha contra los cárteles de la droga proveerá un estímulo político, lo que explica su interés en depender de nuestra cooperación a través de la Iniciativa Mérida."
El embajador Carlos Pascual en los hechos, es un interlocutor poco confiable para el presidente Calderón y su equipo. Aunque Obama lo haya ratificado ante la petición que le hizo el presidente mexicano de cambiarlo. El vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley declaró: ".está haciendo un tremendo trabajo en nombre de Estados Unidos para las relaciones bilaterales con México". Por lo tanto Calderón seguirá con su embajador incómodo.
Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com
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