En la historia de los procesos electorales de Coahuila son muy recientes las campañas negras o estrategias de descalificación, como se les quiera llamar. Los primeros visos de las mismas fueron en el 2005, en la anterior campaña para gobernador y en las campañas para presidentes municipales. Se puede tipificar como una campaña negra la que ahora estamos viviendo en esta etapa de silencio previa a que inicien las campañas para gobernador que arrancarán el próximo 16 de mayo. Hace seis años precisamente previo a la contienda por la presidencia de la República Gisela Rubach directora de Consultores y Marketing Político advirtió: "seremos testigos de las campañas más negativas en la historia de este país".
Y en el 2006 fuimos testigos de la propaganda negativa que auspició Calderón, que aunque hacer uso de propaganda negra es ética y políticamente incorrecto, el PAN demostró que cuando la diferencia entre contendientes no es muy grande es electoralmente eficaz. También quedó claro que más que denunciar la guerra sucia hay que convencer al electorado de por qué deben votar a tal candidato. Ahora en este 2011 el PAN reedita su experiencia sobre el uso de la propaganda sucia en su intento por construirse mejores condiciones de aceptación frente a los electores.
A los panistas coahuilenses se les olvida que la guerra sucia en el 2006 fue efectiva porque Calderón pudo concretar una alianza entre su partido, círculos empresariales y políticos de derecha que obstaculizaron por todos los medios a su alcance incluso fuera de la ley el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. La campaña de lodo del gobierno de Fox, de los grupos empresariales, de grupos de derecha y de los panistas capitalizó también los errores del equipo de campaña de AMLO. En Coahuila el PAN está dividido y nadie saca la cabeza por ellos.
La guerra sucia electoral que estamos padeciendo día a día en Coahuila es parte de una estrategia de descalificación con volantes difamatorios. Esta clase de difusión impulsada por grupos que actúan en el anonimato tienen un objetivo muy claro: confundir e imponer miedo e inseguridad y construir un clima de incertidumbre que inhiba las conductas de participación ciudadana. Lo más preocupante es que se constituya en la antesala de una escalada represiva. Hay denuncias políticas de ello en Oaxaca y en Tijuana. Aquí en Torreón ya hay ciudadanos que han recibido citatorios de la Delegación Estatal de Coahuila de la PGR para que se presenten ante esa dependencia investigadora a efecto de que comparezcan como testigos en asuntos relacionados con presuntos delitos electorales denunciados anónimamente.
La estrategia electoral del PAN en este año aquí en Torreón marca un punto de inflexión. Los panistas tradicionales formados en la oposición denunciaban, dando la cara, las acciones que consideraban corruptas o ilegales de las autoridades municipales. Formaban asociaciones para implementar sus estrategias de denuncia, pero nunca operaron en lo oscurito. El grupo Mujeres por Torreón en 1995 integrado por ciudadanas de filiación panista y por mujeres de la sociedad civil denunciaron sin esconderse actos de corrupción de funcionarios de la administración municipal de López Mercado. Organizaron manifestaciones públicas que las autoridades municipales y estatales priistas nunca reprimieron.
Otras acciones de denuncia pública de panistas de la vieja guardia, forjadas en la oposición, las encabezó Don Raúl Zapico en contra de las autoridades en turno, siempre en acciones públicas, de frente a la sociedad. La estrategia cambió a partir de que el PAN lo dirigen los neopanistas que se han formado sólo en el gobierno, en el ejercicio del poder y en los puestos públicos. Los que no se forjaron en la oposición, en la denuncia pública. Los que para mantenerse en el poder hacen uso de los programas públicos, y que auspician acciones para inhibir a los electores a que voten. Aquí en Torreón basta recordar a los hombres de negro, los que organizó la administración anayista para infundir miedo a los electores el día de la votación en julio de 2003. Tal parece que la máxima de los neopanistas es llegar al poder usando cualquier medio a su alcance, sin importar si atropellan o calumnian, les da igual que los ciudadanos sean panistas o de otras opciones políticas.
Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com
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