No es la primera vez que los panistas coahuilenses recurren a las campañas de lodo ni que alegan que la ley electoral no les beneficia. En cada coyuntura le apuestan a difamar al contrincante para disminuirle la aceptación que se ha ganado con el electorado. Ya sea porque los ciudadanos perciben que ese partido o candidato llena sus expectativas o porque lo captan como una opción de cambio. En 1996, aunque el PAN adelantaba al PRI en las preferencias, los estrategas del blanquiazul en el periodo de silencio previo al día de la elección filtraron información tendenciosa contra el gobernador en turno Rogelio Montemayor. El golpe mediático ayudó al triunfo del blanquiazul. Así llegó Jorge Zermeño a la Presidencia Municipal de Torreón.
En la elección de Diputados federales, en las intermedias de Vicente Fox en 2003, en el Distrito 6 con cabecera en Torreón, el Trife anuló la elección por las violaciones a la ley electoral cometidas por panistas. En la elección extraordinaria perdió el PAN. Si van ganando, violan la ley; si se sienten perdidos, con mayor razón. La historia electoral de Coahuila así lo documenta. En esta coyuntura electoral vuelven a usar estrategias de lodo para intentar minar el posicionamiento del priísmo coahuilense y de sus candidatos ¿Hasta dónde están decididos a llegar con la campaña negra implementada en las principales ciudades del Estado? Tal parece que están dispuestos a todo.
Juan José Rendón, estratega electoral, identifica cuatro etapas en una guerra de lodo. La primera es de rumorología. La segunda de reparto de panfletos, volantes, calcas y comics difamatorios. La tercera, de ataques por aire masivos: televisión, llamadas grabadas, YouTube, Twitter, espectaculares y videos filtrados, entre otros. Y la cuarta, es de terrorismo político. Con base en esta clasificación, la costosísima campaña de lodo que sostiene el PAN ya pasó las dos primeras etapas. A una semana de iniciar el periodo de vacaciones con motivo de la Semana Santa se puede concluir que la tercera etapa la empezarán al inicio de mayo. Inventarán de todo para demostrar que el PRI es "un peligro para Coahuila".
Los panistas tienen necesidad de campañas negras para inhibir el voto a favor de su contrincante; no pueden intentar ganarse a los electores con base en la gestión gubernamental de Felipe Calderón. Ni Fox, ni Calderón cumplieron lo que ofrecieron. El Presidente del (des)empleo y su equipo no han podido con el paquete. México está en su peor crisis económica, en lo más bajos niveles de pobreza y en un grave problema de inseguridad. No tienen cara para presentarse ante los electores para pedir el voto. Tampoco han podido integrar una alianza electoral competitiva. Están desesperados. Por eso nos preguntamos con preocupación: ¿qué acciones llevarán a cabo en las etapas tercera y cuarta de su estrategia de difamación?
En relación a las impugnaciones, ahora resulta que los panistas, perredistas y udecistas no están de acuerdo con la decisión del IEPC que formaliza la coalición. Los líderes de la alianza "Coahuila libre y seguro" (PAN-PRD-UDC) anunciaron su separación definitiva del IEPC. Sostienen que el acuerdo donde se aprobó la coalición es un acto de parcialidad. No aceptan que el acuerdo establezca que los partidos coaligados deben presentar una sola lista de candidatos a diputados de representación proporcional. Los principalmente afectados con esta disposición de ley son los blanquiazules. La ley les da otras opciones para unirse en un proyecto electoral: ir en candidatura común o bien participar solos, pero optaron por la coalición. Y ahora deben cumplir los diferentes requisitos.
El dilema para Acción Nacional es que las encuestas muestran que el PRD y la UDC no alcanzan el mínimo para accesar a una curul de representación proporcional, por lo que el albiazul debe dar parte de sus votos. En la elección de 1999, por los acuerdos internos entre los coaligados, el PAN recibió menos recursos y menos espacios publicitarios para la siguiente contienda. No aprendieron, y ahora otra vez decidieron ir en coalición, por lo que tienen que someterse a las reglas correspondientes. Sin duda, a los albiazules les afecta su decisión. Les agrada la adrenalina que les causa romper reglas, hacer berrinches, desafiar, intimidar y manchar imágenes de sus contrincantes más fuertes ¿Hasta dónde llegará el pataleo de estos magnates del terrorismo político?
Savador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com
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