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martes, 12 de abril de 2011

No falló el embajador

Después de la renuncia del embajador Carlos Pascual ahora Calderón empezó a hacer los ajustes en su gabinete. Ya está por terminar el sexenio y su equipo no termina de cuajar, muchos después de varios meses siguen sin dar pie con bola. De los documentos filtrados por WikiLeaks ahora sabemos, entre otras cosas, que en uno de los primeros cables "confidenciales" que firmó como embajador Carlos Pascual, el 15 de septiembre del 2009, deja en claro a sus superiores que la designación de Arturo Chávez como procurador de la República fue "totalmente inesperada e inexplicable políticamente", y lo cataloga como "un soldado de a pie"; y agregó enfáticamente que "hay quienes creen que el remplazo de Medina Mora es un operador político menos capaz, que se verá opacado por García Luna y obstaculizado por su bagaje considerable en materia de derechos humanos". El tiempo le dio la razón, el procurador no estuvo a la altura de la responsabilidad. 

Hay muchos ejemplos pero recordemos la indolencia con que afrontó el escándalo de los feminicidios en Ciudad Juárez, comportamiento que abona en favor de que el diagnóstico del embajador resultó puntual y preciso. Los columnistas y diferentes editorialistas de la prensa escrita nacional dejaron constancia puntual del perfil de Chávez: una figura de segundo nivel y muy escasa experiencia. Y ahora que llegó el relevo ni el embajador ni los analistas de medios fallaron en su diagnóstico. Cabe preguntarse si con el relevo habrá cambio en la estrategia de la actuación de la PGR. 

Por la trayectoria de la nueva procuradora Marisela Morales Ibáñez se advierte una dinámica de continuidad. Su llegada al frente de la PGR no augura cambios importantes ni replanteamiento de la línea estratégica. Por el papel que jugó en el michoacanazo, por ejemplo, en vez de esperar cambios generales en el desarrollo de las tareas sustantivas de la institución como son las de investigación de delitos, armado de averiguaciones previas, consignación de los posibles responsables, se percibe que continuara con la subordinación estructural de lo que le marque la Presidencia de la República. 

El "usted disculpe" a la hora de liberar a un ciudadano después de ser detenido y encarcelado, como fue en el caso de Michoacán parece que, simple y llanamente, no cambiará sustancialmente mientras no se convierta la PGR en una institución independiente del Ejecutivo, como sucede en las democracias desarrolladas. Mientras el Ejecutivo controle al Ministerio Público el uso político y discrecional de la procuración de justicia seguirá siendo uno de los mayores riesgos para el régimen democrático. En la pasada contienda electoral de Zacatecas en contubernio con la ex-gobernadora Amalia García la PGR acosó, persiguió y detuvo a militantes de Revolucionario Institucional. Afortunadamente esta intervención del Ministerio Público no amedrentó a los electores y la alianza de facto de perredistas y panistas en Zacatecas salió derrotada. 

El caso Chávez Chávez es patético, varios analistas sostuvieron en su tiempo que el ex-procurador no arrancaba de cero sino desde más atrás. Fue catalogado como un desconocido entre la clase política. Podría decirse que su llegada a la PGR fue más producto de una negociación política, plagada de vetos y de cuotas partidarias, y en consecuencia haber partidizado el nombramiento del procurador terminó entrampado. Chávez nunca pudo remontar ese déficit de legitimidad inicial ni dar el estirón en el ejercicio del cargo. 

El tiempo puso las cosas en su lugar, Chávez es un personaje sin reconocimiento en el mundo del derecho. Sin experiencia para atender la seguridad y la procuración de justicia. Nunca fue el mejor candidato, era el que le convenía a Calderón, llegó de carambola porque la fracción del PRI en el Senado no aceptó al ahora Secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora, que era a quién quería el presidente. 

Arturo Chávez se fue como llegó a la PGR: con enormes cuestionamientos y dudas sobre su desempeño profesional. El ex embajador no falló en su apreciación. Sin embargo la trayectoria de la nueva procuradora tampoco se visualiza apegada a las funciones que la ley le establece. Por eso el Senado la exhortó a apegarse a derecho y a hacer a un lado las tentaciones para hacer de la PGR un instrumento de presión político-electoral. En Coahuila debemos estar atentos a que esto no suceda, pues cuando sólo contaban con la presidencia municipal inventaron a los hombres de negro. Ahora que tienen la PGR ¿qué nos espera a los coahuilenses? 

Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com

 

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