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martes, 5 de julio de 2011

La democracia es democracia

El senador con licencia Memo Anaya declaró: "Sabíamos que nos proponíamos derrotar a un rito y en 45 días no se pudo derrotar a un régimen autoritario". Me parece que el candidato perdedor al menos debe darles el beneficio de la duda a los ciudadanos coahuilenses. Cuando los políticos se forman sólo en el ejercicio del poder, porque las circunstancias se los han permitido, no cabe duda que la visión es diferente. Esto me recuerda aquella declaración de Carmiña Fernández cuando siendo primera regidora del ayuntamiento de Torreón en la administración de Jorge Zermeño, expresó que la corrupción no se ve igual desde adentro que desde fuera. 
Será por ello que a Memo se le olvida que vivimos en un país plural, que ya no tenemos un régimen de partido hegemónico, además estamos gobernados por un militante de Acción Nacional y que eso de un "régimen autoritario" más bien le puede corresponder al que encabeza su compadre Calderón. Claro que el Presidente no ha tenido la capacidad para encauzar a su partido por la senda de los triunfos, ni para darle rumbo al país. Pero la oportunidad en un "régimen autoritario" la tienen dado que los electores mexicanos les concedieron la presidencia de la República. Los albiazules se la han pasado diciendo que el PRI es el culpable de lo que padecemos, y no toman en cuenta que por propagar eso llegaron a los Pinos, y una vez que lo consiguieron los ciudadanos mexicanos esperabamos que cumplieran las promesas que hicieron. Como no ha sido así, ahora los electores se los cobró en las urnas. 
  
¿De qué se quejan? Si ellos tienen el presupuesto y los instrumentos que les da el ser gobierno federal. No basta con llegar al gobierno, hay que ejercerlo y es ahí donde está el asunto, pero no han podido y por eso hay que buscar a quién echarle la culpa de sus incapacidades. Memo Anaya no sólo tuvo el tiempo de la campaña para hacer proselitismo en esta pasada contienda por el gobierno del estado, desde la precampaña inició su labor para posicionarse en la mente de los ciudadanos coahuilenses. Entonces su período de promoción fue del 5 de enero al 29 de junio. Convirtió el mes y medio reglamentario de campaña en casi seis meses. Y no sólo eso, a la par de la campaña albiazul por la gubernatura del estado mantuvo una campaña de lodo durante ese tiempo y al final de la misma se le sumaron organismos como COPARMEX promoviendo el voto a favor de los panistas ¿En dónde está el "régimen autoritario" que no le permitió "derrotar un rito", si pudo usar una exagerada cantidad de recursos fuera de la ley para promoverse y denostar al adversario? 
Claro, desde una posición tan cómoda en la cual,  producto de las circunstancias gozó de las canonjías de los puestos a los que lo impulso su partido, las cosas se ven diferentes. Como las circunstancias no le permitieron lograr su ambición propia de los neopanistas, la del poder por el poder, ahora sin el más mínimo respeto a más del sesenta por ciento de los ciudadanos coahuilenses que salieron a votar este domingo 3 de julio, asumiéndose la conciencia de nosotros los ciudadanos nos quiere hacer creer que perdió porque el "régimen autoritario" se impuso y no permitió que por medio del voto se lograra un "estado libre y seguro". Esto es los electores coahuilenses, por supuesto mayores de 18 años, con base en esta visión "anayista" somos mentalmente menores de edad, que salimos a votar por el PRI porque no tenemos conciencia del daño que nos hace el "régimen autoritario". 
  
Los coahuilenses por primera vez desde que las elecciones están en manos de un organismo electoral ciudadanizado rebasamos el sesenta por ciento de participación electoral, extrañamente en un estado autoritario, y por la declaración de Anaya dada su visión no alcanza a dimensionar la importancia de la participación civilizada de los ciudadanos de nuestro estado en el cambio de las autoridades locales, tanto del Congreso como del ejecutivo estatal. Aquí vale la pena recordar a Giovani Sartori en torno a la democracia gobernante: "... las elecciones dependen de la opinión y son importantes no por lo que hacen sino por lo que manden hacer, y no tanto por cómo se producen sino por el hecho de que se produzcan" y agrega "... la democracia representativa efectivamente está a menudo y de distintas formas mal gobernada o es difícilmente gobernable; pero es democracia". 

Salvador Hernández Vélez
jshvelez@hotmail.com

 

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